domingo, 28 de julio de 2013

El Camino Ignaciano

El Camino Ignaciano

El Camino Ignaciano es, ante todo, una invitación a cada uno de nosotros a descubrir en la historia de Iñigo las leyes permanentes de todo camino y progreso espiritual. En verdad, al leer la Autobiografía uno se siente llamado a hacer suyo este camino interior. Y es sin duda, algo bien importante y que nos merecemos. Que al leerla meditadamente, podamos interiorizar de veras el mundo interior al que todos estamos llamados y que cada día nos es más familiar. Al estilo ignaciano, por supuesto, pues es el objetivo de nuestro esfuerzo.

Tomemos brevemente algunos de los ejes temáticos que atraviesan a todo el relato del Peregrino.

1.     El primero es, sin duda, el “peregrinar” ignaciano. El contenido de esta palabra está lleno de profundas dimensiones espirituales. Ignacio al llamarse a sí mismo como “el peregrino” le da a la palabra un sentido único que refleja enteramente su vida.

1.1    Movilidad incluso física aparte de la disponibilidad interior para el Constituciones una frase muy típica ignaciana: “nuestra vocación es para discurrir y hacer vida en cualquier parte del mundo donde se espera más servicio de Dios y ayuda de las ánimas”[1]
1.2    La búsqueda continua de por dónde lo quería llevar y guiar el Señor. En el n. 50 de la Autobiografía nos dice que “después que el dicho peregrino entendió que era voluntad de Dios que no estuviese en Jerusalén, siempre vino consigo pensando qué haría”[2]. Es una movilidad interior, una apertura al cambio, el principio fundamental para el discernimiento espiritual… qué quiere Dios de mí, parece ser la consigna ignaciana para cada uno de nosotros, en todas las etapas de nuestra vida. Y buscar esa voluntad de Dios, discernirla, asumirla y vivirla… esta búsqueda será el eje de los Ejercicios Espirituales: “para buscar y hallar la voluntad divina” (EE. n.1). y culmina su relato afirmando, en definitiva, que no deja de buscar porque se trata de una búsqueda continua de Dios (n. 99).
1.3    El nuevo estilo de vida es también, para Ignacio, un cambiar los vestidos de gentilhombre por el saco y bordón del peregrino. Significaba el vestirse de las armas de Cristo. Inicia así un nuevo camino: pedir limosna, ir a pie, comer y vestir pobremente, incomodidad e inseguridad continuas, humillaciones[3]… pero, sobre todo, libertad de espíritu, abandono y plena confianza en Dios. “Toda su cosa, nos dice, era tener a solo Dios por refugio” (n.35, 36, 44). Años después, formulará así para sus compañeros este estilo de vida: “porque se pueda avezar a mal comer y mal dormir… dejando toda su esperanza que podría tener en dineros o en otras cosas criadas, la ponga enteramente, con verdadera fe y amor intenso, en su Criador y Señor”[4].
1.4    El buscar y hallar a Dios en todas las cosas. Ignacio lo que buscaba era hallar a Dios en todo en una dinámica de ir de las cosas a El y de Dios a la realidad diaria del mundo. Ya en sus años maduros Ignacio es el hombre de la “facilidad para encontrar a Dios” (n.99) hasta el punto de “siempre y a cualquier hora que quería hallar a Dios lo hallaba” (ibíd). Estamos en el nivel más profundo y más alto de la espiritualidad y de la mística ignacianas. Hasta allí nos ha llevado el peregrinar… Por esto, podemos decir que Ignacio de Loyola es por excelencia el peregrino de Dios!


2.     Una lectura meditada y saboreada, sintiendo y gustando internamente, como Ignacio nos pide en los Ejercicios, de la Autobiografía será la propuesta para estos próximos días. En nuestro siguiente encuentro retomaremos los ejes temáticos que ahora les quiero sugerir como claves de lectura. Seguramente habrá otros que todos hallaremos en la lectura pausada y personal. Estos que sugiero, nos ayudarán a conocer el alma del Peregrino y aquel camino interior que le llevó a vivir para la Mayor Gloria de Dios.

Veamos algunos de ellos:



2.1    Ignacio es guiado a pasar de las hazañas del caballero al servicio de Jesucristo, el Rey Eternal. La transformación de Iñigo se desarrolla a partir de un temperamento orientado hacia la gloria y grandeza humana; el cambio espiritual, realizado bajo la acción del Espíritu, le conduce a vivir bajo la mirada de Dios y buscar siempre su voluntad. El conocimiento, amor y servicio a Jesucristo le van atrayendo cada día más hasta convertirse en la pasión de su vida y el horizonte definitivo de su existencia.
2.2    Ignacio pasa de hacer y desear hacer obras grandes exteriores a “agradar y placer a Dios y servirle en todo lo que conociese” (n.14). “Toda su intención, nos dice, era hacer destas obras grandes exteriores, porque así las habían hecho los santos para gloria de Dios, sin mirar otra ninguna más particular circunstancia” (n.14). Dios, como un buen maestro de escuela (n.27) le conduce hacia adelante. Después en Iñigo se va desarrollando un proceso de personalización y de libertad en la manera de vivir el cristianismo. Es un tránsito de lo exterior a lo interior que hacen de Ignacio un verdadero maestro del hombre interior.
2.3    Ignacio pasa de un amor inmaduro a un amor discreto, o sea un amor con discernimiento. Manresa marcará definitivamente su vida. El discernimiento espiritual será el instrumento clave para orientar su vida y poder buscar y hallar la voluntad de Dios en todas las cosas de su vida. El amor se concreta en el discernimiento con una claridad extraordinaria. El relato del Peregrino es una verdadera lección de discernimiento. Manresa le dará los ojos nuevos para mirar al mundo, a la vida, a Dios… El discernimiento comunitario le ayudará a él y a sus compañeros a decidir el futuro de la nueva orden religiosa… (nos. 85, 95-96, 23…).
2.4    Ignacio pasa del aislamiento de la conversión interior al compartir con un grupo de compañeros sus ideales de amor y servicio a Jesucristo (nos. 71,82,85…). El poder ayudar a los demás (28) le implicará buscar un grupo que comparta sus ideales y juntos puedan buscar la Mayor Gloria de Dios. Aspectos definitivos como la comunicación, la ayuda a los demás y el asumir al mundo, serán esenciales a su estilo de vida cristiano. El Cardoner iluminará su vida con los ojos nuevos que indicábamos y que le permitirán a Ignacio “hallar a Dios en todas las cosas” …
2.5    Finalmente, consideremos a Ignacio que pasa de discípulo a maestro. Mientras Ignacio hace camino con la guía de Dios, él mismo se irá convirtiendo en guía de los demás. Los Ejercicios Espirituales, el acompañamiento a sus primeros compañeros, las Constituciones y el tiempo en que estuvo gobernando la Compañía como General, son la expresión más clara del Ignacio maestro. El don de una vida nueva que Dios le ha dado a Ignacio se ha convertido en don de Dios a los demás. ¿Puede darse una meta más grande para un peregrino de Dios ?

El relato del Peregrino es un verdadero proceso de aprendizaje para todos nosotros. Es una invitación a entrar de lleno en una lectura personal, meditada, contemplada de alguien que ha ido marcando sin duda nuestras vidas. Es lograr una acogida orante de este testamento ignaciano, como lo llamaron los primeros compañeros.

DOS ORIENTACIONES FINALES

Podemos hacer la lectura de la Autobiografía teniendo en mente no sólo todo lo indicado anteriormente sino con dos actitudes a modo de la “composición de lugar” ignaciana, como si presentes nos hallásemos, según nos dice en los Ejercicios.

1.     Una lectura desde Ignacio mismo: ¿qué hace? ¿cómo manifiesta su estado de ánimo espiritual? ¿qué le ocurre y cómo reacciona?
2.     Una lectura desde mi propia experiencia: ¿qué puede significar para mi vida personal esta peregrinación espiritual de Ignacio de Loyola?

A todos nos surgirán muchas otras preguntas e interrogantes durante nuestra lectura. En el próximo encuentro los analizaremos y compartiremos. Estamos en presencia de un documento frontal, de hondas consecuencias para nuestra vida personal y para disponernos, con palabras de Ignacio, para nuestra labor educativa y pedagógica.

IGNACIO, EL PEREGRINO
Guía para la lectura de la Autobiografía
Carlos Vásquez S.I.

______________________________________
[1]  Cfr. Constituciones, n.304 . Ver la Autobiografía nos. 79, 95; 50, 56, 73…
[2] Cfr. Autobiografía, nos. 12, 50, 54, 63, 71
[3] Cfr. ibíd., nos. 19, 35-36, 38-39, 42, 51, 53, 56-57, 76, 87, 91 94 (pedir limosna); nos. 18,35,38-42,44-45,50-54,63-64,71-73,76,79,81,85,90-91,94-96 (ir a pie). Nos. 18-19,24,40,51,59,79,81,94 (comer y vestir pobremente). Números. 51,53,56,81 (humillaciones). Números. 41-43,49,51,72,74,79,81,87-88,90-91,94-94 (inseguridad e incomodidades). 
[4] Constituciones, n. 67


Semillas del Reino


31 Días con San Ignacio

Bienvenido a 31 Días con San Ignacio, una celebración de un mes de duración de Espiritualidad Ignaciana. En honor de la fiesta de San Ignacio de Loyola el 31 de Julio, ofreceremos una selección de artículos, Blogs y videos para ayudarte a explorar las riquezas de la Espiritualidad Ignaciana.  





SEMILLA DEL REINO  

“Mi voluntad es de conquistar todo el mundo y todos los enemigos, y así entrar en la gloria de  mi  padre;  por  tanto  quien  quisiere  venir  conmigo  ha  de  trabajar  conmigo,  porque, siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria” (EE.EE. 95) 

¿Cómo se arriesgará  
a sembrar el campesino 
sin ver ya todo el trigal 
en el puño apretado 
lleno de semillas? 

¿Cómo mirar la tierra 
con ojos de esperanza 
sin ver ya el bosque 
en las semillas aladas 
de roble llevadas  
por el viento? 

¿Cómo soñará 
la joven pareja 
sin sentir 
ya en el embrión 
todas las risas 
y los juegos 
de los hijos? 

¿Cómo entregarse 
por lo pequeño, 
sin ver con ojos nuevos 
la utopía del reino 
en el brote germinal 
que apenas rompe 
la cáscara del miedo? 



Una ayuda para la experiencia de los Ejercicios Espirituales 

Benjamín González Buelta S.J. 

miércoles, 24 de julio de 2013

Sentir con la Iglesia

Una experiencia de Dios vivida en la Iglesia

“ Considerar el como trabaja Dios y obra para mi en todas las cosas creadas sobre la faz de la tierra, es decir, como Dios se comporta a la manera de alguien que trabaja y a partir de esto, reflexionar en mi mismo, considerando que de mi parte, debo ofrecer y dar con toda equidad y justicia a su divina majestad”…
Con estas frases extraídas de la contemplación para llegar al amor, se clausuran los Ejercicios propuestos en retiro por Ignacio. Son frases que pudieran parecer enigmáticas cuando las extraemos de su contexto pero nos ayudan a percibir las pulsaciones que rigen a toda la Espiritualidad Ignaciana: 
En primer lugar, mirar todo lo que Dios ha hecho, hace y hará para mi y luego, preguntarme a mi mismo, qué debo yo hacer, libremente, por amor.

La experiencia de Dios, propuesta por la Espiritualidad Ignaciana es también una experiencia que se realiza en la iglesia. Esta experiencia toca a la vitalidad del pueblo de Dios, al vigor de su deseo de dar a conocer el Evangelio. Todos estamos invitados a reconocer que es un mismo espíritu el que actúa a la vez, dentro de la iglesia y dentro de la experiencia personal, que actúa al mismo tiempo en la tradición y en la renovación del espíritu. 
Aquel que sigue la senda que Cristo abrió, no dejará de poner a prueba sus decisiones, de confrontarlas con los demás para luego darse cuenta que esta saliendo de la ceguera inherente a sus puntos de vista tan estrechos


Red Apostólica Ignaciana de Monterrey

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La historia de San Ignacio de Loyola para Niños

La historia de San Ignacio de Loyola para Niños

martes, 23 de julio de 2013

Las Dos Banderas - Tomando Decisiones.

31 Días con San Ignacio


Extraído de “Tomando Decisiones en Cristo”


Jesús contrastó su método con las actitudes del mundo muy enfáticamente: "El que no está conmigo, está contra mí" (Lucas 11:23). El maestro Ignacio nos ayuda a aplicar esto en una meditación clave en los llamados Ejercicios Espirituales ", una meditación sobre las Dos Banderas", o sobre los dos  "estandartes".


Estoy  con Jesús o con las actitudes del mundo
... Todos los discípulos tenemos que elegir dónde vamos a estar -con Jesús o con el mundo. Sin importar que tipo de vida el Espíritu nos ha deparado, una vez que somos bautizados y confirmados, estamos llamados a estar al lado de Jesús bajo su bandera.
Comenzamos a movernos bajo el estandarte de Jesús cuando nos unimos a él con la convicción viva de que todo lo que tenemos y somos es don de Dios. Así tengamos mucho o poco, decimos con gratitud: "Mira todo lo que Dios me ha dado."

Entonces el camino se abre a través del humo de la auto-satisfacción y aprobación de los demás.

La expresión "¿Cómo puedo ayudar?" Se convierte en una preocupación diaria. Y a través de una vida de amor y servicio, el Espíritu nos lleva a vivir tan mansa y humildemente como el Señor vivió, así seamos una famosa bailarina o un programador de computadoras anónimo.


El camino que toma el mundo difiere por completo. Para empezar tienes que conseguir tanta riqueza como puedas. Tú dices: "Mira todas esas cosas que yo tengo."

Pero cuando el camino del mundo se abre ante tí, cambias tu enfoque, diciendo: "¡Mírame con todo esto." Como los que te rodean se vuelven más reverentes, empiezas a decir: "Mírame".

Te convences de que eres el centro del mundo.

Puede que esta actitud no contenga pecado, pero sin embargo, es sólo cuestión de tiempo.

Tres formas de complicidad con el estandarte del mundo
Incluso sin necesidad de suscribirse a las teorías del subconsciente, podemos ver que el estandarte del mundo, invita a los discípulos de Cristo como invita a cualquier otra persona. En cierto modo, incluso después de haber tomado una decisión solemne de toda la vida para seguir normas de Cristo, tenemos que purificar nuestra vida cotidiana de complicidades con el estandarte o bandera del mundo. La connivencia se presenta en tres formas.
En primer lugar, hay un secularismo benigno. Ciertamente, hay personas que no conocen a Jesucristo que llevan una vida muy buena. Pero incluso los bautizados puedan vivir de una manera benigna secular. Nos unimos a los movimientos cívicos y de ayuda a los necesitados, porque eso es lo que nuestros vecinos hacen. Somos buenos para nuestras familias y honestos en el trabajo. No hay un daño inmediato de esta manera, pero tampoco hay nada más que un espíritu laico, aun hay personas que hoy en día llaman a esto espiritualidad.
La segunda forma de connivencia, visto sobre todo en el primer mundo rico, es la búsqueda del placer. Estamos rodeados de personas que viven lo que San Pablo describe como el camino de la carne. Aquellos que siguen este camino son el blanco de la publicidad, ellos necesitan tener todo lo que los demás tienen en estos momentos. Su lado menos encantador manifiesta la auto-indulgencia, la lujuria, la envidia, todo visto como aceptables entre las costumbres sociales. La carne tiene sus propias leyes, y aquellos que siguen de esta manera fácilmente obedecerán esas leyes en pecado.
Por último, existe la complicidad de sucumbir a la oscuridad. Repasemos el informe en el que detalla que un adulto obligó a una niña de doce años de edad, a matar a otro y luego beber un poco de su sangre. El mal es evidente. Pero la mayoría de las obras de la oscuridad no se manifiestan. El odio, la venganza, la violencia, los hábitos auto-destructivos, éstos florecen en los rincones oscuros del ser humano pecador.
En lo mas profundo de tu corazón, es posible que detestes la oscuridad y saltes a la luz inmediatamente. Pero en la vida diaria, te encontrarás en el penumbra de un laicado benigno o en los habitos de la carne una y otra vez. Va a encontrar la seguridad en el estandarte de Cristo sólo si comienza sobre todo con firmeza, agradeciendo a Dios y seguir examinando lo que está haciendo y por qué lo estás haciendo.


Extracto de la Toma de Decisiones en Cristo por Joseph A. Tetlow, SJ.

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