viernes, 22 de marzo de 2013

Examen de mi Cuaresma 2013

Examen de mi Cuaresma 2013

Estamos llegando al final de la cuaresma, este tiempo privilegiado que nos da la Iglesia en el Calendario Anual para acercarnos mas a Dios y para con pequeños gestos también acercarnos mas a nuestros hermanos.
Conviene, cada que culmina una etapa en un lapso de tiempo, a sugerencia de san Ignacio, repasar como hemos transitado esta cuaresma, cuáles actitudes, pequeñas renuncias, dificultades y hasta desafíos me he encontrado en este trayecto de 40 días.
En lo posible dentro de un ambiente de oración precedido por una breve plegaria de accion de gracias.

Repasemos cinco puntos:


1. Dar gracias a Dios por los beneficios recibidos.

Todo es don de Dios. Puedo tener previstos diversos motivos de agradecimiento: (por la creación, por mi vocación, por lo que Cristo entregó, por la Eucaristía, por la presencia de María como Madre de Dios y como madre nuestra), por circunstancias especiales, aniversarios cumpleaños y favores recibidos, etc.
El fruto que se pretende en este primer punto es muy importante; trataré de alcanzar de Dios conocimiento interno de tanto bien recibido, para que, reconociéndolo y agradeciéndolo plenamente, pueda en todo amar y servir a Dios nuestro Señor.

2. Pedir gracia para conocer los pecados y aborrecerlos.

Pedir Luz. Dios está presente en todos mis actos. Le pido que me reprenda con su amor si halla en mí algo que le ofende o le desagrada.

3. Ver qué he hecho de pensamiento, de palabra y obra.

Recordando mi jornada, mi semana, mi cuaresma, las personas que he tratado, los sitios donde he estado…
Este punto es el más breve de todo este ejercicio: es el tiempo de examen propiamente dicho.

4. Pedir perdón a Dios particularmente por las faltas que vea en mi examen. Y pedir perdón en general, por todos los pecados de mi vida.

Motivar mi arrepentimiento. Comparar lo que Dios ha hecho por mí, según el punto primero, con mi conducta, según el punto tercero. Entrar en la pasión y en los trabajos de la redención. Me puedo imaginar que estoy a los pies de Jesús, el Hijo de Dios, clavado en la cruz, y me pregunto: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo?

Dios operante. Dios, con su concurso natural y sobrenatural, hace posible cualquier acción del ser humano. Dios también concurre en todo proceso natural de todo lo creado.

Por amor de Cristo en cruz, unirnos vitalmente a su “no” al pecado y a su “sí” a la voluntad del Padre.

5. Proponer enmienda con la gracia de Dios.

Es una participación en la pascua de la muerte y resurrección de Cristo. En mi poder limitado, en mi bondad limitada recibir el don de su poder infinito, de su bondad, su ternura y su misericordia infinitas.

Suplicar humildemente: ¡Señor, sin Ti no puedo salvarme!

Si no encuentro pecados propiamente dichos me arrepiento de algunas actitudes o cosas que podría haber hecho mejor. Pido rechazar cuanto pueda ofender el amor que Dios me tiene; esto es amor de Dios. Pido tratar de agradar a Dios en todo.

Si encuentro amargura, tristeza u otros sentimientos negativos, que por no ser voluntarios no son pecados, se los presento serenamente al Señor, sin sentimientos de culpabilidad, para que me cure de ellos y me dé su paz.

Conviene recordar que sentir no es lo mismo que consentir. Si tengo dolor de muelas durante tres días y tres noches seguidas, ciertamente siento el dolor, pero no lo quiero; no lo consiento. Lo mismo, cuando sienta rencor, cólera o una tentación cualquiera, mientras no consienta libremente, no hay pecado. Cuando no se consiente una tentación, hay incluso mérito.

Agradecemos al P. Antonio González Callizo, S.J. por su colaboración.
 


CVX Argentina

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