sábado, 6 de julio de 2013

Un déficit de gratitud

Un déficit de gratitud


Ignacio pensaba que un tipo particular de ignoracia habitaba en la raíz del pecado. 
El pecado más mortal, dijo, es la ingratitud. 
Es "la causa, principio y origen de todos los males y pecados". Si le preguntas a cien personas que mencionen el pecado que es el origen de todos los males apuesto a que ninguno de ellos dirá ingratitud. Tal vez podrán decir orgullo,desobediencia, engreimiento o ira. 
La idea de que pecamos porque no somos muy conscientes de la presencia de Dios, probablemente no se le ocurra a mucha gente.

Enfatizando la ingratitud, Ignacio fué diciendo algo de la naturaleza de Dios. Dios es el dador generoso, bañándonos con sus bendiciones como el sol brillando sobre la tierra. 

Si realmente endieramos esto, retribuiríamos el amor de Dios con amor. No pecaríamos. Gratitud es una buena palabra para esta calidad fundamental de nuestra relación con Dios. La Ingratitud, nuestra ceguera a lo que Dios realmente es, es por lo tanto la raíz de todo pecado.

Ignacio tuvo una experiencia particular de pecado, que probablemente haya contribuído al alto valor en el que colocó a la gratitud. Por un tiempo, él fue atormentado por una escrupulosidad mórbida. El no pensó que sus pecados habian sido perdonados, entonces el intentó conducir su culpa y su verguenza con prácticas ascéticas heroicas. Ayunó, oró por horas, dejó crecer su cabello - pero estas cosas solo empeoraron el asunto. Llegó a ponerse tan mal que hasta se entretuvo con pensamientos suicidas. 
Eventualmente, Ignacio se lanzó a si mismo a la gracia de Dios y encontró paz. El se vió a si mismo como un  pecador, pero como un pecador amado.

En su breve historia "El Pecador Repetidor", León Tolstoi habla de un hombre, un gran pecador, que clama a Dios por misericordia justo antes de morir. 
El llega a las puertas del cielo, pero estan cerradas. El apóstol Pedro explica que un pecador como él no puede entrar en el cielo, pero el hombre le recuerda a Pedro sus pecados - el negó tres veces a Cristo despues de jurar ser leal. 
Pedro entonces se va  y es reemplazado por el Rey David, quien también dice que los pecadores no pueden entrar al cielo. El hombre le recuerda a David que Dios tuvo misericordia de el a pesar de sus abundantes pecados, incluyendo el de adulterio y asesinato.
 Finalmente llega el apostol Juan. Tu eres el discípulo amado, dice el hombre. Tu escribiste que "Dios es Amor"  y "hermanos, ámense unos a otros". Seguramente tú me dejaras entrar. Y asi fue, Juan abrazó al hombre y lo acompañó al entrar al cielo.

Este es el propósito de la Primer Semana de Ejercicios - dejarnos ver que somos unos pecadores amados. 

Los predicadores y oradores saben que ellos han hecho un buen trabajo si las personas han logrado tomar una idea sola de su exposición. 

Si tu puedes tomar una idea central de los Ejercicios Espirituales, es esta:  
Eres un pecador amado por Dios.


Adaptado de:
God Finds Us: An Experience of the the Spiritual Exercises of St. Ignatius Loyola.
God Finds Us


Jim Manney es un escritor conocido en temas Ignacianos (God Finds Us, A Simple, Life-Changing Prayer) asi como también editor de varios libros de espiritualidad ignaciana, incluyendo "Que es la espiritualidad ignaciana? What Is Ignatian Spirituality? Vive en Ann Harbor, Michigan.





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