jueves, 12 de julio de 2012

31 Días con San Ignacio - 13 de Julio - La llamada de Jesús el Rey


31 Días con San Ignacio

Bienvenido a 31 Días con San Ignacio, una celebración de un mes de duración de Espiritualidad Ignaciana. En honor de la fiesta de San Ignacio de Loyola el 31 de Julio, ofreceremos una selección de artículos, Blogs y videos para ayudarte a explorar las riquezas de la Espiritualidad Ignaciana.  




La Llamada Del Rey Eternal

por José Luis Caravias sj
Después de haber aceptado la mirada amorosa de Dios sobre mi realidad personal y ambiental, estoy ya preparado para pedirle que sepa escuchar la llamada de Jesús y sentir la grandeza de su proyecto sobre el Reino. 
Quisiera que me llamase para estar en lo que él está y trabajar con él y como él.
San Ignacio pretende abrir nuestro corazón a los grandes problemas del mundo y de la historia, de forma que nos sintamos llamados a grandes empresas. Para ello provoca la esperanza en la posibilidad de construir un mundo justo y fraterno.

Parábola del gobernante ideal

Imagínate un país de buena gente, pero que llevan mucho tiempo soportando una cruel opresión. La corrupción reina por doquier y la miseria atormenta cada vez a más familias. Todos se sienten tensos y preocupados. Imagínate también que después de mucha lucha consiguen llegar a tener un buen gobernante, que demuestra ser de veras competente. Tiene carismas insuperables, es honrado a carta cabal y demuestra tremenda habilidad política, con lo que consigue que la gente se sienta cada día más unida y esperanzada. Su programa de gobierno es realista. Será necesario apretarse todos el cinturón, pero por igual; tendrán que trabajar todos juntos para solucionar problemas muy difíciles. Imagínate que el gobernante elige un grupo especial, al que le hace una invitación personal. En ese grupo estás tú. Se para frente ti, te mira a los ojos y te dice. “Voy a lograr el éxito de este programa. Si quieres trabajar conmigo tendrás que soportar lo que yo soporte, trabajo duro, pasar incomodidades, ser atacado por la opinión pública e inclusive correr el riesgo de morir. Pero te puedo asegurar que este programa tendrá éxito y mejorará la vida de muchísima gente…” 
¿Podría rechazar yo semejante invitación? ¿Querría trabajar con semejante gobernante? Suponiendo que le dijera que no, ¿cómo me sentiría después? Y si le digo que sí, ¿cómo cambiaría eso mi vida?

Aplico la parábola a Jesucristo.

Veo a Jesucristo, el enviado de Dios-Padre, y delante de él a hombres y mujeres de nuestro tiempo, aquienes llama personalmente y les hace a cada uno la siguiente propuesta: “Mi proyecto es conseguir que todos los hombres y mujeres descubran el sentido de su vida y logrenconstruir una sociedad verdaderamente humana, donde todos puedan ser felices, aceptando a Dios como Padre y a los hombres como hermanos. Para ello te invito a fiarte de mí y a seguirme. Nadie tendrá que pasar lo que yo mismo no haya pasado. No te prometo plata, placer, poder, ni prestigio. Lo que te pido es acompañarme en el duro trabajo de construir una sociedad solidaria; pero te aseguroque el éxito será total, aunque sea a largo plazo. ”Los egoístas, a quienes no les preocupa el bien común ni creen en la posibilidad de construir unasociedad solidaria, despreciarán este proyecto. A las personas comodonas, le interesará en teoría, pero como no están dispuestas a sacrificarse, lo dejarán pronto a un lado. Pero los que quieran seguir de cerca a Jesús, venciendo sus temores y sus apegos naturales, ofrecerán incondicionalmente su vida y su persona a Jesús:

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO 
Me parece maravilloso, Jesús, que me llames a seguirte y trabajar contigo. ¡Acepto la invitación! Delante tuya, Señor, y de tu santa Madre y de todos los ángeles y santos, declaro que,apoyándome en tu llamada, quiero de veras seguirte de cerca, procurando pensar, sentir y actuar como tú. Así colaboraré contigo en la construcción de tu Reino. ¡Esto sí que vale la pena! Pero ayúdame a vencer mis criterios burgueses, mi miopía y mis miedos…¡
Soy pequeño, frágil y pecador, pero a pesar de ello sé que me llamas a ser tu compañero, al estilo de Ignacio. Por eso quiero comprometerme, junto con otros muchos hermanos, bajo el estandarte de tu cruz, en la construcción de un mundo nuevo:
el Reino del Padre, en el que está indisolublemente unida la promoción de la fe y la lucha por la justicia. Te ofrezco para ello todo cuanto soy y tengo, consciente de que tu llamado me va a exigir vivir con austeridad y me llevará a sufrir, junto contigo, injusticias, humillaciones y desprecios.Confórtame en los momentos en los que el precio de tu seguimiento me parezca demasiado elevado.Pero estoy seguro de tu compañía y de que tu llamada me hace crecer a la medida de la tarea que me encomiendas. Gracias. Infinitas gracias...


Jose Luis Caravias sj

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