miércoles, 24 de julio de 2013

Sentir con la Iglesia

Una experiencia de Dios vivida en la Iglesia

“ Considerar el como trabaja Dios y obra para mi en todas las cosas creadas sobre la faz de la tierra, es decir, como Dios se comporta a la manera de alguien que trabaja y a partir de esto, reflexionar en mi mismo, considerando que de mi parte, debo ofrecer y dar con toda equidad y justicia a su divina majestad”…
Con estas frases extraídas de la contemplación para llegar al amor, se clausuran los Ejercicios propuestos en retiro por Ignacio. Son frases que pudieran parecer enigmáticas cuando las extraemos de su contexto pero nos ayudan a percibir las pulsaciones que rigen a toda la Espiritualidad Ignaciana: 
En primer lugar, mirar todo lo que Dios ha hecho, hace y hará para mi y luego, preguntarme a mi mismo, qué debo yo hacer, libremente, por amor.

La experiencia de Dios, propuesta por la Espiritualidad Ignaciana es también una experiencia que se realiza en la iglesia. Esta experiencia toca a la vitalidad del pueblo de Dios, al vigor de su deseo de dar a conocer el Evangelio. Todos estamos invitados a reconocer que es un mismo espíritu el que actúa a la vez, dentro de la iglesia y dentro de la experiencia personal, que actúa al mismo tiempo en la tradición y en la renovación del espíritu. 
Aquel que sigue la senda que Cristo abrió, no dejará de poner a prueba sus decisiones, de confrontarlas con los demás para luego darse cuenta que esta saliendo de la ceguera inherente a sus puntos de vista tan estrechos


Red Apostólica Ignaciana de Monterrey

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