jueves, 12 de julio de 2012

31 Días con San Ignacio - 8 de Julio - Cuando piensas que alguien está equivocado…


31 Días con San Ignacio

Bienvenido a 31 Días con San Ignacio, una celebración de un mes de duración de Espiritualidad Ignaciana. En honor de la fiesta de San Ignacio de Loyola el 31 de Julio, ofreceremos una selección de artículos, Blogs y videos para ayudarte a explorar las riquezas de la Espiritualidad Ignaciana.

Cuando piensas que alguien está equivocado…


por Jim Manney

He estado pensando en la presuposición de Ignacio últimamente. Esta es una regla básica de los ejercicios espirituales que Ignacio pone exactamente al comienzo del libro
Se trata de la relación entre el director espiritual y la persona que hace el retiro.
Para asegurar una mejor cooperación entre el que da los ejercicios y el ejercitante, y que se den los resultados más beneficiosos para ambos, es necesario presuponer que “todo buen cristiano está más listo a poner una buena interpretación de la proposición del prójimo que a condenarla como falsa”.
Si una construcción ortodoxa no puede estar basada en una proposición, el que hizo la misma debe preguntarle al receptor que entendió. Si hay un error, debe ser corregido con toda bondad. Si esto no es suficiente, todos los medios apropiados se deben utilizar para llevarlo a una interpretación correcta, y aún así salvar la proposición de un juicio de valor erróneo.
Tenga en cuenta que Ignacio no está diciendo que debemos jugar al rol del Señor Perfecto y pasar por alto los errores y falsas creencias. El error debe ser corregido, pero "con toda bondad." Pero antes de empezar a corregir a otras personas, Ignacio nos dice que tenemos que hacer algo más, y que consiste en hacer todo lo posible para entender cómo la otra persona entienda la idea que nos molesta tanto. Ésta es la parte que está tan a menudo omitimos. Nosotros pensamos que ya sabemos por qué alguien que echa a rodar un disparate peligroso: son ignorantes, o egoístas, o tienen miedo de admitir la verdad. Son malos.
¡Qué bueno sería si los cónyuges, los políticos, los socios y compañeros cristianos hicieran lo que Ignacio aconseja, y de verdad estén más dispuestos a poner una buena interpretación de la proposición del prójimo que a condenarla como falsa.




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